Cada mañana el dulce cantar del despertador hace que te sitúes en una realidad que no quieres. Espabilas y tomas la decisión de tomar las riendas de ese día, quieres hacer las cosas bien. Te autoconvences de que todo va a ir mejor y que la pesadilla comienza a llegar al fin.
Los acontecimientos se suceden y todo cambia, todo da la vuelta y la nube negra vuelve a jugar tu partida. Solo pienso una cosa, ¿de verdad que soy dueño de mi destino? Entonces comienzan mis reflexiones, las reflexiones de una… ¿marioneta?